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Grace Jones – Hurricane [2008]

Grace Jones – Hurricane [2008]

Pese a que James Bond vuelve a visitarnos cada año, la malvada May Day (a.k.a. Grace Jones) ha tardado 19 años en presentarnos un nuevo LP. La que fuera icono del ambiguo erotismo durante los años ochenta, vuelve a la palestra de la mano de "Hurricane". Un álbum que lejos de tratarse del enésimo retorno de este 2008 con objetivos financieros, se podría catalogar como uno de los discos más arriesgados y eclécticos del año. Su rígida musculatura que tanto hizo sufrir al agente especial al servicio de Su Majestad Británica se hace patente en la fibrosa constitución del disco. No es un disco easy-listening como los de la mayor parte de las instrusistas en el mundo de la música, la razón se debe a que Grace no es una de ellas. Con un simple "This is my voice, my weapon of choice" al comienzo del disco, Miss Jones hace desmoronarse todos los posibles prejuicios que se podrían tener hacia su carrera musical (si es que existían). Amparándose en los temas "Devil In My Life" o "Hurricane" (cuya versión original junto a Tricky la dio más de un quebradero de cabeza en 1997) podemos hablar de la inmersión de Jones en el trip-hop más puro. Dos temas que junto al adictivo y excepcional primer single "Corporate Cannibal y el medio tiempo electrónico "I’m Crying (Mother’s Tears)" componen la lista de las canciones más destacables del disco. Pero a la modelo-cantante la queda aún tiempo de experimentar con algún que otro ritmo ska y reggae de su Jamaica natal en "Love You To Life" o "Well Well Well", entremezclados con su música electrónica de siempre. A pesar de la infinidad de nombres que han participado durante los tres años de grabación del disco (Brian Eno, Sly and Robbie, Tricky) y de compartir las labores de producción junto a Ivor Guest (que producirá lo próximo de Skye) estamos ante un disco 100% Grace Jones. "Pleased to meet you, pleased to have you on my plate". El gusto es mío, es un placer sentirse devorado por los susurros de Grace y, al contrario del caso de Armin Meiwes, todo sale bien al final.