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10 años de El Cruce: A Encender el Blues

10 años de El Cruce: A Encender el Blues

Por Carlos Mella L. // Fotos: www.elcruce.cl

Recordar cómo era nuestra vida hace una década atrás, no es una tarea fácil.  Para algunas personas diez años significan más de la mitad de sus vidas, son sus primeros pololeos, peleas, desamores, y descubrimiento de nuevas sensaciones y emociones.  Estas sensaciones son las que han rodeado a El Cruce durante estas últimas semanas, mientras se preparan para celebrar su primera década en el Galpón Víctor Jara este sábado 18.

Para  el vocalista de El Cruce, Felipe Toro, todas las sensaciones se mezclan al sentir que,  esta  esencial banda de la escena blusera nacional ha llegado a su cumpleaños número diez.

Y es que para El Cruce el llegar a su primera década de vida no es una cosa menor.  Durante todo este tiempo, la banda ha sabido instalar y posicionar su nombre en la escena blusera nacional, además de abrir un espacio  que hasta  antes de la aparición de esta agrupación, era casi inexistente.

Con toques de alegría y emotividad, el vocalista de El Cruce, recuerda cómo esta agrupación comenzó a escribir las primeras páginas de su destacable carrera.  Fue en el año 1997, cuando Felipe Toro conoció a Claudio Valenzuela (Bluesman), en el  en ese entonces existente Bar La Blusera.   

En este bar la voz de Felipe y la armónica de Claudio, se juntaron en una sesión de improvisación o jam sessions. Gracias a esta coincidencia del destino, estos integrantes, más otros músicos con los que Felipe compartía escenarios, se fijaron una meta que para muchos era imposible de cumplir.

“Queríamos crear una música, con letras en español,  en donde las raíces sesenteras y setenteras del blues, conocido como rock clásico (Led Zeppelin ,Grand Funk Railroad y Cream), se fusionaran con la herencia musical chilena, onda la Violeta Parra, Víctor Jara el Tío Lalo y Roberto Parra. Lalo y Roberto Parra. A esta sensación de sincretismo le pusimos el nombre de “Blues Criollo”. 

Con este objetivo en mente,  los integrantes de El Cruce comenzaron a perfeccionar sus habilidades  musicales. Al mismo tiempo  decidieron que para hacer conocido su estilo de música, deberían hacer la mayor cantidad de presentaciones posibles.

Esta decisión los llevó a tocar con una gran cantidad de bandas y en muchos lugares.  Los patios de las universidades (sobre todo de la USACH); bares y tocatas varias, todos los lugares eran importantes al momento de presentar al mundo su Blues Criollo, y terminar con el estigma de que el blues era música de elites. Haciendo caso omiso a las palabras de muchas personas convencidas de que mezclar el blues con el folclor era algo imposible; Los admiradores de Robert Johnson, consiguieron publicar su primer disco PeaceCo.

Con mucha nostalgia y emoción, Felipe Toro, nos cuenta cómo la banda sufrió una gran transformación al poder incorporar a su primer baterista, Jorge Quinteros, quien junto a los  otros integrantes,  ayudó a  realizar, lo que para ellos, significa la primera presentación oficial de El Cruce, un 19 de julio de 1999.

"A partir de este momento la banda ha cambiado y madurado de una gran manera, tanto musical como emocionalmente. De partida los que estamos hoy no son los mismos que empezamos.  De esa formación sólo queda Bluesman, Jorge y yo. Con la llegada de nuevos músicos, nuestro trabajo comenzó a profesionalizarse, comenzamos a aparecer en los medios y al mismo tiempo las grabaciones de nuestro segundo trabajo, A lo Amigo” .

De esta manera, el Blues Criollo comenzaba a perfeccionarse. En el año 2002 y 2006, El Cruce, publicó su segundo y tercer trabajo, “A lo Amigo” y “A mi país”, respectivamente. Durante todo este tiempo, el nombre de la banda consiguió instaurarse dentro de la escena rockera nacional, y el Blues Criollo, comenzó a demostrar que no era posible de interpretar.

“Fue difícil abrir un espacio para tocar nuestra música.  Existían los lugares para los grupos rock-pop y  para los rockeros más bestiales. Nosotros estábamos al medio.  Además, muchos pensaban que el blues no era para fiestas, para eso estaba el funk o el hip-hop; pero nosotros conseguimos demostrar que el blues es cercano, directo y puede estar presente en cualquier carrete.”

Todo este tiempo de maduración musical y emocional, convergen al escuchar el último material de El Cruce ,770. Felipe nos relata cómo este disco, cuyo nombre es un homenaje a Cumming 770, su sala de ensayo, puede ser entendido como una continuación de A mi país, con la diferencia de que acá las letras y melodías suenan un poco más crudas y fuertes.  Con este trabajo, la banda comienza a cerrar el ciclo de banda emergente, para instalarse como una profesionalizada.

Registrado de manera análoga,  en este trabajo convergen todos los elementos que El Cruce se propuso interpretar durante su carrera. De la mano de esas “letras directas, sin grandes metáforas”, que caracterizan las composiciones de Felipe Toro, en 770 se pueden sentir y palpar el   blues, el folclor y el rockandroll.

“Hay dos aspectos fundamentales, en primer lugar en su esencia  el blues se compone de letras directas, simples, ligadas a los temas de opresión, en un primer momento, para luego pasar a ser letras más relacionadas con el ámbito sexual y bohemio.  Por otro lado, no nos nace expresarnos bajo metáforas complicadas o historias lejanas. Cada vez que escribo una canción trato de ser honesto y directo, quiero que las canciones se entiendan a la primera, me gusta que  el tipo que escuche esa canción se sienta identificado con ella”.

Uno de los elementos vitales en cualquier banda, es dar a conocer tu trabajo en el extranjero.  Para El Cruce, esta meta no ha sido la excepción. Desde hace casi seis años, la banda ha hecho esporádicas presentaciones en Colombia, Argentina,  donde registraron una canción en el disco de los 20 años de la Missisipi, y Brasil. Respecto a este tema,  Felipe Toro nos confiesa que quizás esta es una de las metas que El Cruce debe conseguir de acá en adelante.

“Para nosotros no es fácil  salir a presentar nuestro material en el extranjero.  Nuestros discos no están editados en ningún otro lugar, sin embargo hemos realizado presentaciones en Festivales de Brasil y Argentina; y hemos sentido que nuestro trabajo ha sido bien recibido, por lo que tenemos la intención de seguir  saliendo a tocar”.

Sin embargo, el extranjero no es la única meta que esta banda cumpleañera tiene en mente.  Para ellos, casi  o más  importante que dar a conocer su música fuera de nuestro país, es mostrarla dentro de él.

“No es fácil salir de gira por Chile.  Somos una banda muy numerosa, por lo que trasladarnos sale muy caro para los  productores.  Sin embargo, antes que darnos a conocer en el extranjero, queremos que nuestra música suene en todo Chile.  Es una deuda que tenemos pendiente, y que a partir de nuestros diez años queremos comenzar a saldar”.

Una década de vida tiene El Cruce. Una década donde, para Felipe Toro, aún queda mucho que hacer por la música nacional.  Es cierto, hoy  existen los sellos independientes, una radio que sólo toca música nacional (Radio Uno), pero aún la gente no ha cambiado del todo su forma de pensar.

La situación ha cambiado bastante con respecto a cómo estaba hace diez años atrás, no obstante aún podemos escuchar cómo, en su mayoría, el público “pifea” a los teloneros chilenos en recitales de bandas extranjeras, o lo difícil que es poder llenar grandes escenarios con una sola banda nacional, contrario a lo que sucede en  Argentina.

Esta “falta de respeto”, fue la que se vivió en enero de este año con los teloneros de La Renga en el Velódromo del Estadio Nacional.  En esa ocasión, las bandas que tocaron antes de El Cruce, fueron muy maltratadas por el público, por lo que al salir al escenario, Felipe Toro recriminó al público por la actitud que habían tenido.

“Nunca nos sentimos incómodos o nerviosos. Se notaba que la gente cantaba y saltaba con nosotros. Pero me generó incomodidad ver a estas personas faltando el respeto de las otras bandas, sentí que se volvía al pasado.  Estas personas son las que sepultan la escena del rock nacional, las que no la dejan profesionalizarse y la mantienen en una situación amateur. En algún momento del show necesitaba decir algo al respecto de esto, y lo dije, a algunos les molestó, lo sintieron grosero, pero sentí que era necesario hacerlo”.

De esta manera, recordando a aquellas personas que profetizaban que El Cruce fracasaría mucho antes de editar su segundo trabajo y, al mismo tiempo, con la satisfacción de conseguir abrir un espacio para el blues dentro de la escena rockera nacional, donde se comprenda que este ritmo no pertenece a la elite, sino que a todo aquel que quiera escucharlo; los integrantes de esta gran banda celebrarán el décimo cumpleaños de su Blues Criollo de la mejor manera posible.

La cita es este sábado a las 11 de la noche en el Galpón Víctor Jara.  Una noche donde la banda promete un show de más de dos horas, donde repasarán todos sus temas, y nos dejarán en claro que lo único que debemos hacer es tomarnos unos tragos, apagar las luces y…. a encender el blues.

Si deseas escuchar el nuevo disco de El Cruce, visita su página oficial.